El cierre del Giro de Italia fue un momento decisivo para Primoz Roglic. El escenario en el coliseo de Roma, con su grandeza y epicidad, contrastó con el espectáculo accidentado y alejado de cualquier romanticismo que se vivió a lo largo de esta "Corsa Rosa". A pesar de ello, Roglic logró sumar su cuarta gran vuelta a su palmarés y regresar a lo más alto del podio dos años después.
El esloveno demostró su excelencia en la contrarreloj en Monte Lussari, a pesar de sufrir una inesperada avería mecánica durante la ascensión a Lussari. Este contratiempo solo añade más valor a su destacada actuación en la etapa clave de este Giro. Roglic logró superar a Geraint Thomas, quien a sus 37 años puede haber perdido su última oportunidad de ganar una gran vuelta. Thomas quedó a tan solo 14 segundos de Roglic en la clasificación general, siendo esta la cuarta diferencia más pequeña en la historia del Giro de Italia.
A pesar de las dificultades y los contratiempos, Roglic se consagró como el ganador del Giro de Italia, dejando su huella en la historia de la competencia. Su triunfo es un testimonio de su habilidad y determinación como ciclista de élite.